Hay un inmenso trasiego de informes jurídicos, económicos y técnicos en los expedientes administrativos que de forma silenciosa y discreta contribuyen al acierto y legalidad de la actuación pública.
Sin embargo bajo las aguas del utópico mundo administrativo donde unos proponen e informan y a los niveles abisales donde la luz solar no llega, hay una fauna inquietante. Pasen y vean:
1. En particular, por lo que se refiere a los informes jurídicos, resulta evidente que si existen numerosas decisiones administrativas anuladas judicialmente se debe a un doble factor.
Por un lado, al factor objetivo. El Derecho no es una ciencia exacta (y el Derecho Administrativo es químicamente “inestable”).
Por otro lado, al factor humano. Se trata de cuatro malas prácticas propias de algunos directivos públicos discípulos de Maquiavelo en aquello de “el fin justifica los medios”:
- A) Rodearse de aquellos funcionarios de libre designación con vocación “mercenaria”.
- B) No pedir informes a quien sospecha los va a emitir de forma desfavorable.
- C) Solicitar informes de forma engañosa (apurando los plazos para que no pueda emitirse a tiempo, solicitándolo cuando el informante está ausente o sobrecargado, desviando el objeto del informe a cuestiones banales, etc).
- D) Recibido informe desfavorable, se recaban mas informes “bajo precio” de algunas consultorías que practican el “daltonismo jurídico” (no ven el semáforo rojo de la ilegalidad).
- – Hay informes sobrecargados (“hacen sangre”) y otros están aligerados (“ligth”);
- – Hay informes jurídicos “técnicos” y otros informes jurídicos con cierto “travestismo político” que se adentran en cuestiones de oportunidad;
- – Hay informes que “se mojan”, y hay informes tan escapistas propios de Houdini: no dicen nada y están hechos para salvarse su autor.
4. Para finalizar, por si alguien desea ampliar sobre esta materia, recomiendo los viejos:
- – Fulgor y miseria de los informes de los Secretarios Generales de los entes locales
- – Informes de ciencia y de complacencia
- – Consultores jurídicos externos: modelo para desarmar
- – Y cómo no, una sonrisa: las Leyes de Murphy sobre los informes en la Administración
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