Las inmobiliarias niegan que la amenaza del canon a pisos vacíos dinamice los alquileres

elcorreo VIZCAYA
Las inmobiliarias niegan que la amenaza del canon a pisos vacíos dinamice los alquileres
Las agencias dicen que su oferta para arrendar viviendas apenas cubre un 10% de la demanda «Los propietarios siguen sin fiarse de los inquilinos», afirman
LUIS LÓPEZ/BILBA

Las inmobiliarias niegan que la amenaza del canon a pisos vacíos dinamice los alquileres

DESFASE. En Euskadi hay más de 26.000 viviendas vacías, pero sólo una mínima parte llegan al mercado de alquiler. / BORJA AGUDO

De una parte, en Euskadi hay más de 26.000 viviendas vacías (excluidas las segundas residencias, que son habitadas por sus propietarios unos días al año). De otra parte, miles de personas buscan un piso en alquiler que no encuentran. Desde hace años, el empeño de los poderes públicos es unir estos dos extremos como provisional solución al diabólico problema de la vivienda. Pero no hay manera. Ni los estímulos de las administraciones, ni siquiera la posibilidad de imponer un canon de nueve euros diarios a los pisos vacíos anunciada en enero por el consejero Javier Madrazo, han sido suficientes para convencer a los propietarios para arrendar sus viviendas.

Quien certifica el fracaso de todas esas intentonas son las inmobiliarias, las empresas que a diario palpan el mercado. Todas las consultadas por este periódico coinciden en el análisis: cada día hay más demanda de pisos en alquiler, pero la oferta es la misma o incluso menor que hace un año. «Hay un montón de solicitantes y por eso se alquila todo lo que sale, incluso auténticas porquerías», explica Estíbaliz Larrakoetxea, gerente de Inmobizkaia, empresa que en estos momentos sólo cuenta con cuatro pisos para alquilar frente a los 300 dispuestos para la venta. De hecho, no sólo se estanca el parque de pisos para arrendar, sino que cada vez más propietarios «dejan de alquilar y ponen la vivienda a la venta tras haber tenido malas experiencias con los inquilinos». Lo mismo han percibido en Fincas Indautxu. En esta inmobiliaria, Javier Alonso reconoce que la oferta sólo cubre un 10% de la demanda, y eso no ha cambiado un ápice en los últimos tiempos.

En definitiva, el principal problema que impide el despegue del mercado del alquiler es que «los propietarios cada vez se fían menos de los inquilinos», resume David Rodríguez, de Tecnocasa. «Sobre todo por la posibilidad de que causen desperfectos o que dejen de pagar», lo que garantiza un largo y penoso proceso judicial antes de conseguir el desahucio. Precisamente para evitar estas incertidumbres algunos propietarios han optado por acudir al programa Bizigune del Gobierno vasco. «Van a cobrar un poco menos, pero se aseguran el alquiler y eso da tranquilidad», señalan en Tecnocasa.

En estos momentos, según datos de la consejería de Vivienda y Asuntos Sociales, el programa ha logrado movilizar 3.000 pisos en toda la comunidad, es decir, llegar a acuerdos con los dueños, y en el 80% de los casos los inquilinos ya han entrado a vivir.

Más precauciones

Pero en el mercado libre las cosas siguen como estaban. Incluso los arrendadores son los mismos que eran, «gente de la vieja guardia, que siempre alquilaron y siguen alquilando». La observación es de Fernando Blanco, propietario de la inmobiliaria que lleva su nombre. «La gente que ahora se compra un piso no suele hacerlo porque tiene miedo: la Ley de Arrendamientos Urbanos no da seguridad al arrendador».

Por eso, quienes siguen en el negocio del alquiler cada vez son más precavidos: «Cada vez miran más los contratos, piden las nóminas de los inquilinos, un aval bancario de un año en vez de una fianza...», detalla Blanco. Y por eso también, de las 200 viviendas registradas en su base de datos, sólo veinte están en alquiler.

Pese a este panorama de más que aparente inmovilidad del mercado, en el Gobierno vasco no pierden la esperanza. Fuentes del Departamento de Vivienda siguen confiando en que la potenciación del alquiler y el anuncio del posible canon hagan de esta una opción cada vez más aceptada. Incluso aseguran tener la impresión de que esto ya ha comenzado a cambiar, aunque no hay datos científicos que apoyen la afirmación.

Quizás si podría utilizarse como termómetro las fianzas de arrendamientos depositadas en Bizilagun, organismo dependiente del Gobierno vasco responsable de ese cometido que antes asumían las extintas Cámaras de la Propiedad Urbana. Si se toman en cuenta los últimos datos, parecen contradecir la postura de las inmobiliarias: en 2005 se registraron 448 fianzas en Vizcaya, mientras en 2006 la cantidad ascendió a 486. Y, si se analizan sólo las cifras de enero y febrero, este año se depositaron 185, frente a las 133 registradas en el mismo periodo de 2006.

¿Acaso eso demuestra que hay más alquileres? Desde la propia consejería descartan ese valor probatorio: el motivo del incremento bien puede estar justificado por la universalización y gratuidad del servicio tras la asunción de competencias por parte de la Consejería de Vivienda y Asuntos Sociales, el año pasado. Antes, sólo los socios de las cámaras podían acudir a ese servicio. Además, la cifra de fianzas depositadas en Bizilagun es poco representativa, ya que, al carecer de carácter obligatorio, gran parte de los contratos de arrendamiento no pasan por este organismo.

De ese modo, las cosas no cambian y los pisos vacíos no parece que quieran salir al mercado del alquiler. Pero como la demanda cada vez es mayor, ocurre lo que siempre ocurre cuando la oferta es escasa: los precios se disparan. Un fenómeno poco sorprendente en el universo inmobiliario.

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