LAS CONTINUAS ILEGALIDADES ACABAN CON EL MUNDAKA FESTIVAL, QUE CAMBIA DE UBICACIÓN (DESCONOCIDA AÚN) Y NOMBRE

Montaje de las instalaciones del festival en Mundaka, en la península de Santa Catalina.

El controvertido Mundaka Festival ya no se celebrará en esta localidad vizcaína. Las continuas ilegalidades han obligado a los promotores, la asociación privada Emankor Sarea, a suspenderlo y trasladarlo a otra ubicación no difundida en la reserva de la biosfera, pero que no aparecía ni siquiera en la información sobre reserva de entradas. La puntilla ha podido ser la apertura de un expediente sancionador del Gobierno vasco por invasión de espacio público en el área protegida donde se ha celebrado los últimos cuatro años.



Este evento se celebra desde 2015 a finales de julio en la Península de Santa Catalina, en Mundaka, al pie de un acantilado de especial protección y ha estado plagado de ilegalidades desde el inicio. La primera edición tuvo lugar incumpliendo la ley de la reserva de la biosfera de Urdaibai, al rehusar los organizadores a pedir el permiso tras un informe técnico del Patronato de Urdaibai, el órgano que gestiona la reserva de la biosfera, que cuestionaba el evento.

En 2016, otro informe técnico del Patronato concluyó que el festival “no se adapta” a la ley de Urdaibai, al incumplir el artículo 89, debido a que las instalaciones “no presentan un carácter de titularidad pública”.

Tras el revuelo originado por el informe, se ideó un convenio “a la carta” entre el Ayuntamiento de Mundaka y los organizadores, mediante el que el consistorio subrogaba las instalaciones y así se salvaba su naturaleza privada. Este convenio fue firmado en 2016 y se volvió a aprobar en 2017 y era especialmente beneficioso para los promotores: el Ayuntamiento de Mundaka suministraba la electricidad, agua, recogida residuos e incluso seguridad policial a los organizadores sin cobrar ninguna tasa por ello. Tampoco se abonaba nada por el uso de los espacios públicos.

En el último año los problemas han persistido. Por vez primera, un informe del secretario-interventor del Ayuntamiento de Mundaka, fechado el 27 de marzo del pasado año, concluyó que había que cobrar impuestos a los organizadores “por ocupación del dominio público”. Además, también por primera ocasión, el consistorio obligó a los organizadores a depositar un aval de 87.000 euros, limitó el uso de espacio público a una superficie de 12.200 metros cuadrados y estableció el pago de impuestos.

El pasado 10 de agosto, el alcalde envió una comunicación a los organizadores en los que adjuntaba dos facturas por más de 18.400 euros: 12.600 corresponden al uso del polideportivo municipal (está cerrado al público tres días seguidos) y 6.817 euros a la ocupación de suelo público (la península de Santa Catalina, donde se ubica el recinto del festival) durante seis días con una superficie de 13.408 metros cuadrados. Posteriormente giró otra factura por cerca de 700 euros por el uso de una treintena de aparcamientos públicos.

La imposición de estas tasas desagradó sobremanera a Emankor Sarea, cuyo máximo responsable se reunió en julio con el alcalde en el consistorio de Mundaka para tratar este asunto.

La puntilla ha podido ser la apertura de un expediente sancionador por el uso de espacio público. El Gobierno vasco, a través de la Agencia Vasca del Agua Ura, abrió el pasado verano una investigación por el uso de espacio público. En concreto, por no habilitar una franja de al menos tres menos de ancho junto a los acantilados de la península de Santa Catalina, donde desde 2015 se celebra el festival. La investigación ha determinado que se incumplió la ley.

Los organizadores han anunciado este jueves, a través de un escueto comunicado, que el Mundaka Festival pasa a denominarse Bay of Biscay Festival y tendrá lugar “en la desembocadura de la ría” de la reserva de Urdaibai.Llama la atención que no anuncia su nueva ubicación, que tampoco se cita en el cartel del festival. A primera hora de la tarde del jueves, en la web para comprar las entradas, había un enlace que lo situaba en la localidad de Busturia. En concreto, en la sede de Ekoetxea, el centro de interpretación ambiental del Gobierno vasco que posee amplios espacios verdes. Pero poco después había desaparecido ese dato y hasta esta noche no aparecía ningún emplazamiento concreto. Al parecer, se pretende celebrarlo en Bermeo. El comunicado no hace tampoco mención a las razones de la suspensión del evento en Mundaka.

La realidad es que este evento musical ha causado una importante oposición vecinal y social, que aumentó considerablemente en el último año. Se organizó un movimiento social y vecinal, creado en torno a la asociación Zain Dezagun Urdaibai (en defensa de la reserva de la biosfera de Urdaibai), que protagonizó protestas y actividades este verano. Incluso hosteleros que han participado en el Mundaka Festival han confirmado que pagaron por la luz y el agua (pese a que los organizadores les salía gratis), con cantidades que oscilan entre los 230 euros por el suministro eléctrico de solo tres días o de más de 1.000 euros por la luz y el agua.

Tras cuatro años de oscurantismo total sobre su financiación, el pasado verano se conocieron por primera vez los datos de ingresos y gastos de un festival que ha recibido hasta ahora casi 350.000 euros de ayuda pública. La conclusión más significativa es que apenas vende 2.000 entradas (obtuvo 87.580 euros dentro de un presupuesto global del evento de 375.000 euros)durante los tres días del festival, un tercio o incluso una cuarta parte de los asistentes según las cifras aportadas por la organización, la asociación privada Emankor Sarea. La mayor parte de los tickets se han regalado.

El traslado y cambio de ubicación sin más explicaciones confirma el oscurantismo de un evento que debió suspenderse en Mundaka hace mucho tiempo. Sin pagar por ocupar suelo público siendo una actividad privada, sin aportar datos de sus ingresos pese a recibir 350.000 euros de ayudas públicas, ocupando instalaciones municipales con un gratis total, con convenios a la carta en contra del interés general. Y los responsables, además de los promotores, están también en la parte pública.

Comentarios