ORO TRANSPARENTE: DESCENTRALIZACIÓN, CALIDAD Y SOSTENIBILIDAD

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Iratxe Arriola

El agua es un derecho humano; un bien finito indispensable para la vida y por eso de entrada los servicios de agua y saneamiento son por su natulareza originaria muy locales. Ningún pueblo se instaló en un lugar en donde no hubiera agua potabilizable. De manera que ancestralmente las comunidades humanas se han organizado entorno a donde la naturaleza les daba agua de calidad y abundante.

Por eso, está vinculado constitucionalmente la responsabilidad del servicio de agua y saneamiento a los ayuntamientos. En Busturialdea, la mayoria de los ayuntamientos tienen cedida la gestión al Consorcio de Aguas de Busturialdea, que gestiona el ciclo integral con personal propio y lo hace con una estructura técnica y económicamente solvente.

No obstante, los jeltzales han iniciado el camino para disolver el consorcio comarcal e integrarse en Bilbao BIzkai, en un organismo cada vez más lejano, con estructuras muy alejadas de la escala municipal y comarcal, y en las que la toma de decisiones y la gestión diaria queda en manos de órganos con muy escasa representatividad.

No sabemos por qué y para qué quieren cambiar, cuando está claro qué es lo que hay que hacer para solventar la única problemática vigente en la comarca en esta materia, que es la falta de agua en periodo de estiaje; la solución la dibujó la Diputación en el proyecto que redactó el 2011 de renovar la tubería del Oiz.

Las voluntades se muestran con hechos y no con palabras, y está claro que para los jeltzales, Busturialdea y sus habitantes, seguimos siendo de segunda; hecho que se constata una y otra vez, muestra de ello son también el pseudohospital de Gernika y la falta de políticas activas de crear empleo local que hacen que el 70% de la población activa tenga que salir a diario de la comarca. Sostenibilidad y cohesión territorial son palabras huecas si no se les da contenido. Urdaibai no se puede ceñir a una bonita postal y esa es nuestro reto.

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