Estado de la gestión y conservación del Robledal de Aingerubide en Busturia

El Robledal de Aingerubide se encuentra enclavado en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, declarada por la UNESCO en 1984, en virtud de los valores ecológicos y culturales que atesora, estando situada en una franja costera de la provincia de Vizcaya. Esta masa boscosa de roble pedunculado (Quercus robur) se encuentra ubicada en el término municipal de Busturia, barrio de Axpe. Situada en la ladera este del monte conocido como Atxa Punta, se encuentra catalogado como P3, Encinares Cantábricos de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, según el Plan Rector de Uso y Gestión de la Reserva de la Biosfera, y forma parte, así mismo, del Lugar de Interés Comunitario ES2130008 (Encinares Cantábricos de Urdaibai). Tiene una extensión de  0,5662 ha. y es de propiedad del Ayuntamiento de Busturia.

El Robledal de Aingerubide es especialmente rico en avifauna, si bien, su reducida extensión hace que muchas de las aves propias de este tipo de bosques no se encuentren representadas en éste. Así y todo, son doce las especies localizadas como reproductoras a lo largo del 2006: pito real (Picus viridis), pico picapinos (Dendrocopos major), chochín (Troglodytes troglodytes), petirrojo (Erithacus rubecola), zorzal común (Thurdus philomelos), mirlo común (Turdus merula), curruca capirotada (Sylvia atricapilla), mosquitero ibérico (Phylloscopus ibericus), reyezuelo listado (Regulus ignicapillus), carbonero común (Parus major), herrerillo común (Parus caeruleus) y pinzón vulgar (Fringila coelebs), encontrándose cuatro de ellos en la Directiva de Aves, y así mismo, ocho de los doce catalogados como de interés especial según el catálogo nacional de especies amenazadas.

En lo referente a otros vertebrados, se produce una utilización temporal por parte del jabalí (Sus scrofa), hecho evidenciado por la continua localización de numerosos rastros de una especie poco habitual en este lugar hasta la fecha. Por otro lado, se han localizado ejemplares de sapo común (Bufo bufo) en el interior y lagartija roquera (Lacerta monticola) en el muro perimetral, la cual se encuentra catalogada como de interés especial en el catálogo nacional de especies amenazadas. Por el momento, no se han hecho seguimientos específicos de fauna nocturna (estrigiformes, quirópteros y micromamíferos), grupos altamente amenazados que sin duda están representadas en el robledal, pero que requerirían de censos específicos para su cuantificación y/o ocupación estacional.

Sin duda, el Robledal de Aingerubide, por su ubicación dentro del barrio de Axpe en el municipio de Busturia y por su adecuación como espacio semi-recreativo, ofrece a vecinos y visitantes un lugar de reposo en un entorno envidiable.

Hace cientos de años, el territorio de Vizcaya estaba cubierto por densos bosques; desde los encinares costeros y los robledales de los valles, hasta los hayedos que tapizaban sus cumbres, interconectados todos ellos por las alisedas que cubrían las márgenes de ríos y arroyos. Actualmente, más de la mitad de la superficie de Vizcaya está cubierta por árboles; no obstante, la mayoría de estas masas forestales son plantaciones de especies exóticas, principalmente, pino insignis (Pinus radiata) y eucalipto (Eucaliptus spp.), estando los bosques autóctonos poco representados y muy fragmentados. Hay que añadir, como dato significativo, que un elevado porcentaje (aproximadamente un 77%) de la superficie de Vizcaya está en manos privadas, lo que influye de manera decisiva en la gestión de sus montes.

Los bosques atlánticos son uno de los ecosistemas vascos más escasos. Diferentes actuaciones humanas, ganadería, agricultura, forestal, urbanización... llevadas a cabo durante siglos han ido reduciendo paulatinamente la superficie de robledales, alisedas, hayedos y encinares costeros que antaño cubrían montes y valles.

De hecho, los bosques autóctonos de la Comunidad Autónoma del País Vasco sólo ocupan el 20% de su área potencial. Dramática es la situación de los robledales de Quercus robur, que han perdido un 95% de su superficie originaria. La escasez de robledales, especialmente maduros, provoca que la importancia de la conservación del Robledal de Aingerubide se revele como especialmente estratégica.

Desde el año 2005, gracias al acuerdo establecido entre el Ayuntamiento de Busturia y la Fundación Lurgaia, en este programa se incluyó un pequeño enclave, de propiedad municipal y de enorme valor para la conservación, como es el Robledal de Aingerubide situado en el barrio de Axpe, Busturia. Todas las actuaciones que se han venido realizando hasta el momento, están encaminadas a la gestión, conservación y mantenimiento del lugar y a una mejora de la zona para favorecer el uso y acceso de los diferentes usuarios, tanto vecinos como visitantes del municipio. Dichas actuaciones se han dividido en dos aspectos complementarios, como es la gestión y el mantenimiento por medio de actividades de voluntariado, y por otro lado, actividades de divulgación y educación, para dar a conocer la riqueza del robledal, y favorecer en gran medida, el respeto y la protección del mismo.

Desde hace varios años, el Ayuntamiento de Busturia ha estado realizando diferentes gestiones para la protección y conservación del Robledal de Aingerubide. Entendiendo que su protección se debía basar en un espacio semi-recreativo para el uso público, realizaron las adecuaciones necesarias por medio de carteles informativos, de distintas pasarelas de maderas ubicadas en su interior, así como de bancos, papeleras, etc. A pesar de ello, el desconocimiento en materia forestal suponía un riesgo para dicho robledal y por ello realizaron el convenio con la Fundación Lurgaia, para realizar todos los años una gestión y un mantenimiento adecuados para garantizar la buena conservación del lugar.

A partir de ese momento, las actuaciones llevadas a cabo por la Fundación Lurgaia en el Robledal de Aingerubide han estado encaminadas a la consecución de dos objetivos totalmente complementarios.

En un primer lugar, durante los dos años de convenio, se han realizado distintas actuaciones para garantizar y conservar una buena salud ecológica del lugar:
  • La eliminación de las zarzas para mejorar el paso de los visitantes por las diferentes pasarelas de madera,y además, potenciar el crecimiento de las nuevas plántulas por medio de una menor competencia y un mayor acceso a la luz.
  • La erradicación de especies alóctonas invasoras, como la Crocosmia x crocosmiiflora, especie que está compitiendo directamente con la planta autóctona Carex pendula, el laurel cerezo (Prunus laurocerasus) que puede llegar a relegar al laurel común, así como otras especies problemáticas como Cortaderia selloana y Cotoneaster lacteus, ambas con un alto poder invasivo.
  • La potenciación de la regeneración natural de las especies autóctonas, como el roble pedunculado (Quercus robur) y el laurel común (Laurus nobilis) principalmente, así como otras especies presentes en esta masa boscosa.
  • La eliminación de basuras y residuos.

En un segundo lugar, la educación y la sensibilización ambiental se muestran como herramientas indispensables para la consecución de dicho objetivo. Es por ello, que todas las actuaciones que se realizan son llevadas a cabo por medio de voluntariado ambiental. Además, en cuanto al tema educativo, se han desarrollado otras actuaciones complementarias, como la creación de una pirámide de madera, la creación de trípticos divulgativos, así como salidas guiadas a diferentes profesores de colegios de la zona para proporcionarles los conocimientos básicos para las excursiones al robledal con los escolares, y salidas de prácticas de los universitarios de varias asignaturas de ecología de la Universidad del País Vasco.


























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