El agua, un caudal de patrimonio y paisaje


por el arquitecto Iñaki Uriarte

 

Por décimo año consecutivo GARA patrocina las conferencias que a lo largo de estos años y sobre temáticas diversas vinculadas al patrimonio cultural vasco el arquitecto Iñaki Uriarte ofrecerá mañana domingo a las 12.00 en el museo Guggenheim de Bilbo, con entrada libre. En este artículo, el autor ofrece una síntesis argumental de la conferencia.


16/12/2017 00:00

El agua es un regalo y recurso escaso e imprescindible para la supervivencia del ser humano, que a lo largo de la historia ha requerido de diversas obras, ingenios, elementos y objetos para su captación, almacenamiento, transporte y consumo.

Está presente tanto desde el suministro a las poblaciones como para otras necesidades, la higiene, el lavado, el regadío, la fuerza hidráulica para la industria o incluso recreativas. Todas estas funciones han creado un amplio patrimonio: obra pública, edificaciones, ingenios, objetos y utensilios; documental en las bellas artes e inmaterial en memorias y tradiciones.

En el abastecimiento las presas son la principal construcción para retener estos caudales y con canales y acueductos para conducirlos nos ofrecen testimonios de gran importancia. Por antigüedad los restos del acueducto de Alcanadre a Lodosa que abastecía a Calagurris en época romana y ya muy posteriormente el de Noain, suprema obra pública neoclásica en nuestro país construido entre 1792 y 1790 de gran relevancia paisajística.

Asimismo son notables otras obras de ingeniería para aprovechar la capacidad mecánica del agua en procesos industriales como molinos, ferrerías y posteriormente centrales hidroeléctricas con las presas de arco del cauce del Lea Artibai entre Markina y Gizaburuaga proyectadas por Pedro Bernardo Villarreal de Berriz. Ya contemporáneamente la ejemplar aplicación del arte a una obra pública en la gigantesca escultura de Basterretxea integrada en el muro de coronación del pantano de Arriaran en Beasain de 1994.

El agua que hacía siglos era utilizada en procesos artesanales para activar ingenios diversos en molinos y ferrerías manifiesta un novedoso y extraordinario poder cuando se inventa la caldera y se transforma en vapor, una furiosa fuerza que aplicada a mecanismos diversos moverá el mundo: el estallido de la revolución industrial.

Para el suministro a la población ha requerido depósitos de gran capacidad de almacenamiento para regular su distribución entre los que actualmente permanecen destaca el de Gasteiz inaugurado en 1885 en la parte alta de su centro histórico reconvertido en 1994 en un espacio expositivo.
Un aspecto fundamental en el proceso de abastecimiento, la traída de aguas, inicialmente con una fuente pública que según el rango económico del lugar posee un carácter monumental. Entre estas destacan las proyectadas en época neoclásica por el pintor Luis Paret con una notable presencia en Iruñea y Bilbo, así como las de ilustres arquitectos en Areatza, Azkoitia o Tafalla.
En algunos emplazamientos más periféricos y en entornos rurales la fuente se complementa con un abrevadero para el ganado y también próximo un lavadero. Estas dotaciones que en ocasiones han generado el nombre del lugar, plaza de la fuente, son importantes desde la antropología al convertir el necesario rito cotidiano en un espacio de encuentro social.
Este suministro público requería para el uso domestico diversos utensilios y vasijas, valiosos testimonios etnográficos de un modo de vida.

El agua como elemento complementario de la arquitectura y en la urbanización es un recurso universal en numerosas culturas creando parajes de enorme belleza. Un extraordinario conjunto es la Villa Arnaga (1904-1906) en Kanbo, en Lapurdi, donde la arquitectura neovasca de la vivienda muestra su esplendidez frente a una composición de jardinería con un estanque conforme a la tradición francesa.

Finalmente, cuando el agua ya ha sido consumida, usada, enturbiada y se despide antes de volver a su gran hermana la mar, va a requeror de un complejo y preciso proceso de depuración.

El agua es el gran tesoro para la humanidad que muy desgraciadamente no llega para todos por igual y es motivo de preocupación universal.
Cuando bebo agua estoy saboreando una naturaleza, la de su procedencia, la mejor de todas.

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