EL FEÍSMO QUE NOS AMENAZA

Madariaga Dorretxea, estado previo a su reedificación



Por definición “El feísmo” es un concepto urbanístico y arquitectónico que comprenden los desastres ejecutados en la arquitectura popular gallega, que se inicia en la etapa preindustrial (años 60-70), que lleva a un urbanismo de proporciones desmesuradas y desordenadas que perdura hasta nuestros días. Aparece una masa enorme en zonas urbanas y del rural, con cierto abandono de las autoridades o falta de cualquier control administrativo. En ellas los promotores pueden construir como le venga en gana.

Los que nos hemos dedicado desde hace ya bastantes años a la defensa del urbanismo sostenible tenemos conciencia de que, efectivamente, en los últimos tiempos el fenómeno del feísmo ha adquirido gran relevancia también en el País Vasco, motivado por la gran abundancia de construcción de las dos ultimas décadas, es algo que ha afectado a todos los actores que trabajan en ella, siendo una culpabilidad compartida por promotores, constructores, arquitectos, aparejadores, técnicos municipales, entidades municipales y también por los propietarios, pero:

Madariaga Dorretxea, estado actual, culturalmente destruido

¿Qué es realmente el feísmo?

No es solo la fachada de ladrillo sin revocar o el mal gusto de algunas edificaciones, totalmente contrarias tanto a la tradición del país vasco como al diseño y a la técnica constructiva propios del nuevo milenio. No, hay muchos feísmos: los basureros legales en el monte, la proliferación de antenas parabólicas en fachadas y de telefonía móvil, cierres y vallados esperpénticos, el cableado que "trepa" por las fachadas de los edificios y "vuela" por multitud de calles; por los parques eólicos en las montañas, las fábricas mastodónticas enclavadas en el continuum rural-urbano, degradando el paisaje, la ría, los fondos de valle y el medio ambiente; puentes donde importa mas la forma o la estética que la función que cumplen o, permitir el abandono del rico patrimonio histórico-artístico de Busturialdea. También es feísmo, la especulación, ignorancia, caos urbanístico producto de la ambigüedad legal y la permisividad de las administraciones municipales. etc.
En pocas palabras el "feísmo arquitectónico, urbanístico o paisajístico" se entiende como todas aquellas construcciones o obras humanas que degradan de algún modo su entorno.
Una conocida fabrica de Aglomerados y Energía en Muxika

Feísmo en la arquitectura

Desde el punto de visto arquitectónico existen edificios que desentonan con el entorno, dentro de esa tipología de edificación (si, realmente y lamentablemente se trata de una construcción perfectamente diferenciada de las demás) existen dos clases de edificios que responden a ese modelo: aquellos que forman parte de la misma por su carencia de acabados exteriores ( ej.-aquellos que se terminan en ladrillo o bloque sin enfoscar ni pintar o con cubiertas de chapa o fibrocemento sin colocarles la teja roja cerámica), y aquellos otros que, aun estando perfectamente rematados en el exterior, ni sus formas, ni su composición ni el tratamiento dado a sus elementos de acabado exterior tienen un encaje razonable en una tipología, más o menos tradicional de la zona, destacando muchas veces, incluso, sobre el resto de edificios de su entorno.

El "Chalet" Ardanza de 6 alturas
Hay un deseo casi irrefrenable que utilizan los promotores en las construcciones de casas unifamiliares que pretenden que su edificio sea distinto a los de su alrededor, utilizando una amplia gama de materiales nuevos y que tenga un aire de "modernidad". Para ello, nada mejor que dotarlo de un volumen importante en altura, unos movimientos de de tierra que generan un perfil antinatural de los terrenos, de una cubierta con una serie de buhardillones de lo mas rebuscados y rocambolescos y tratarlo exteriormente con gran profusión de elementos acompañados con carpinterías de aluminio o plástico con colores y despieces que parecen muchas veces muestras de lo que no debe hacerse. El resultado es de todos conocido y no merece muchos más comentarios. 

La influencia negativa de la colonización “urbanita” de nuestros núcleos rurales en el que, el estilo arquitectónico de algunas casas unifamiliares no se adaptan en absoluto al medio físico donde se ubican, la gran mayoría destacan por su rica ornamentación y por las galerías, balcones, torres, columnas y otros elementos inspirados en no se sabe que fuentes, pero nunca se exige, ni se cumple, la Norma de Aplicación Directa de la Obligada Adaptación al Ambiente para las nuevas edificaciones y construcciones. El Art. 10.2 TRLS de 2008 ordena que para hacer efectivos los principios y los derechos y deberes las Administraciones Públicas deberán hacer cumplir la siguiente norma de aplicación directa:
2. Las instalaciones, construcciones y edificaciones habrán de adaptarse, en lo básico, al ambiente en que estuvieran situadas, y a tal efecto, en los lugares de paisaje abierto y natural, sea rural o marítimo, o en las perspectivas que ofrezcan los conjuntos urbanos de características histórico-artísticas, típicos o tradicionales, y en las inmediaciones de las carreteras y caminos de trayecto pintoresco, no se permitirá que la situación, masa, altura de los edificios, muros y cierres, o la instalación de otros elementos, limite el campo visual para contemplar las bellezas naturales, rompa la armonía del paisaje o desfigure la perspectiva propia del mismo.”

Aunque algunas de estas edificaciones todavía hoy despiertan admiración de las personas sin sensibilidad con el paisaje y el patrimonio histórico-artístico, las mas, ni su tipología, ni los materiales utilizados en los sistemas estructurales, el acabado de fachadas y cubiertas permiten que el inmueble guarde una armonía con el entorno en que se ubica.

Edificios atípicos ocultando monumento
Otro ejemplo claro de feísmo resulta de las construcciones, de suntuosos y mezquinos edificios –incluso rascacielos--, al lado de las antiguas construcciones, dan lugar a horribles medianeras de variados tonos, unas pintadas en blanco, las más forradas con aluminio o planchas de fibrocemento ondulado, la mayoría descoloridas o con cemento y manchones de humedad las mas. Creando un impacto ambiental, jalonado en algunos casos con "cajones" o casetón de ascensor, vuelos compactos, amen de mansardas y buhardillas que rompen los tradicionales tejados rectos... etc.

Rascacielos de Itsasbegi, relleno de Porturaz, e Instituto Azti


Esto mismo sucede cuando al pasar en coche por cualquier carretera en algunos de los pueblos o villas se observa que se entremezclan casas rurales con edificios de una, dos o tres plantas de principio y mediados de siglo. Eran distintos pero generalmente conservan cierta armonía, rota por nuevos edificios de cuatro o más plantas, situados aquí y allá, a ambos lados de la carretera y otros aislados dejando a la vista sus descomunales medianeras. Cajones y depósitos afean las cubiertas, mientras una normativa que prima el voladizo compacto frena la construcción de galerías y balcones.

Cierres ilegales en el ámbito rural

Feísmo y urbanismo

El suelo no se produce y es finito. Por esta razón y según los analistas del urbanismo, su precio nunca podrá estar totalmente legitimado por el mercado, de modo que constituirá una especie de juicio de valor de la presente generación frente a las venideras que aun no tiene capacidad de opinar. Así una adecuada utilización del suelo constituye no solo el resultado del buen urbanismo, sino también uno de los elementos básicos para desarrollar una buena política agraria y medio ambiental.

Unos buenos planes de ordenación son fundamentales para todo asentamiento urbano. Los ayuntamientos no pueden permitirse tener un mal plan, sobre todo cuando uno bueno no resuelve todo. Creemos que es bueno implicar a todos los sectores afectados. El plan que se desarrolle tiene que dar criterios de cara a donde tiene que dirigirse las villas y anteiglesias de nuestro entorno, como se articularan las infraestructuras, como se dispondrá la edificación y los espacios libres, como engancha el centro histórico con los nuevos barrios y las periferias, como tratar los espacios de mala construcción que se fueron generando, como estructurar la población con servicios a pie para trasladarse andando y evitar así congestiones de tráfico... Muchas cosas.

Especies invasoras en solares urbanos
Es un trabajo muy serio e importante que deberá tener en cuenta muchísimos aspectos, por que un plan confluye todo: la edificación, todo el viario, la industrialización, el comercio y como se articula todo el territorio municipal y su vinculación con los territorios limítrofes, por que el plan no es una isla. Luego hay que gestionar ese plan y llevarlo a cabo Los planeamientos urbanísticos son la mejor arma contra el feísmo, pero su validez es nula cuando se incumplen o su interpretación no es la adecuada lo que es fruto del crecimiento desordenado del territorio que, a veces se debe a la falta de control de los ayuntamientos, que no persiguen los incumplimientos urbanísticos. Por eso, mas que aprobar nuevas leyes habrá que exigir que se cumplan las ya existentes.

Para el ecologismo social esta claro que No hay urbanismo, hay especulación pura y dura, se intenta aprovechar al máximo los terrenos tengan la importancia medioambiental o paisajistica que tengan. Hoy en día, el mundo de la construcción esta manejado por los promotores que van a ganar dinero, y lo demás da exactamente igual".

Todos sabemos de esta especulación y sus consecuencias y parafraseando a un conocido Arquitecto "Con la expresión feísmo, más políticamente correcta que otra cosa, se evitaba decir lo que realmente era: estropicio, artificialización y, peor todavía, reconocer la dura realidad de que hoy, a pesar del indiscutible progreso, que la Busturialdea colonizada por los humanos, con normas, leyes, planes y recursos públicos con fines protectores, está más deteriorada, más fea, que veinticinco años atrás".
Degradación tolerada del patrimonio histórico artístico

Feísmo, cultura Vasca y orgullo de Pueblo

Desde hace años todos los que hayan tenido oportunidad de visitar otros países de nuestro entorno, desde Iparralde, Francia o Suiza a Austria o los Países Nórdicos, adentrándonos en su medio rural, pudieron ver que en ellos el “feísmo”, como fenómeno extendido, no existe. En todos estos países, y en general en toda Europa Occidental, no existe este problema.

En todos estos países hay un respeto por la arquitectura tradicional, que se ha ido elaborando y reelaborando a lo largo de los años, perfeccionándola cada vez mas, adaptándola a los actuales modos de vida, y que encaja extraordinariamente en el paisaje, en el entorno. En todos esos lugares se construye casi exclusivamente un único tipo de vivienda aislada en el medio rural con ligeras variaciones de tamaño, color o acabados, de tal suerte que casi puede hablarse de un modelo nacional o regional que casi todos respetan, al que prácticamente se adapta todo el mundo y al que muy pocos se atreven a cuestionar, y si lo hacen es para en su lugar construir una edificación de arquitectura de calidad que en modo alguno suponga un elemento discordante.

Claro que también estamos hablando de culturas, que no reniegan de sus orígenes, y donde las tradiciones (de todo tipo) tienen una enorme importancia en la vida de sus ciudadanos: Países en los que posiblemente la legislación obligue o condicione mucho a la edificación pero en donde la cultura que se ha ido transmitiendo a sus ciudadanos hace que a casi nadie se le ocurra realizar una edificación fuera de los modelos tradicionales.

Monumentos ocultos por obras civiles
Por eso, considerando que es bueno que la legislación limita, impida o no favorezca, tal tipo de construcciones, mucho nos tememos que si no se produce un cambio de actitud del ciudadano a través de otras vías (cultura educación, civismo, etc.) que a lo mejor va siendo hora de enseñar desde pequeños en los colegios, poco o nada sé conseguirá. Si el ciudadano no tiene sensibilidad en esta cuestión no será posible que la edificación que realice sea la adecuada al entorno y respete la larga y sabia tradición constructiva del lugar.

Con lo expuesto queda demostrado que el feísmo también es materia de cultura, educación, civismo... como los que destacan como si fuera un virus en cantidad de núcleos rurales, pueblos y ciudades de nuestra geografía de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Desde cuadras con tejado de chapa ondulada hasta casetones de bloque visto son ejemplos de feísmo más recurrente en la arquitectura popular. El peligro acecha incluso a las ermitas que, aun teniendo carácter religioso, son de propiedad civil y comunal, totalmente independientes de la parroquia. Estas obras maestras de la arquitectura, muchas de las cuales datan del medievo, están amenazadas por la especulación, el desorden urbanístico y la dispersión que caracteriza al rural de Busturialdea.
Contraste entre lo viejo con personalidad y lo nuevo "sin" en Bermeo

Conclusión

¡Cómo no se va a hablar del feísmo! . Se necesita un ritmo sostenido y no dejarse llevar por un frenesí inmobiliario para inquilinos inexistentes, un planteamiento cualitativo para los equipamientos y los espacios públicos, un compromiso urbanizador junto a la actividad edificatoria, un impedimento que haga que el crecimiento disperso se realice como venga en gana, al margen de las infraestructuras, que luego han de costearse con recursos públicos.
Referencia de Instalación Deportiva, fue planteado como un templo gótico de cinco naves y tres tramos, ahora "afeado" en sus caras norte y sur por Bloques adosados a ella.

Bien, si tenemos por una parte la Ley Vasca del Suelo del 2006 y también la Estatal del 2008, buenas en muchos casos y polémicas en los menos, también, por otra parte el interés de solucionar el "feísmo" por la "mayoría" del colectivo afectado. ¿Qué es lo que falta?.

Todo planeamiento urbanístico es eficaz si se interpreta adecuadamente, se exige su cumplimiento y se respeta. El mayor problema esta en quien no lo respeta. Es una culpabilidad compartida por todos, tanto los que lo crean como los que lo perciben y permanecen impasibles e insensibles. Mas cuando la competencia municipal de aplicación del principio de adaptación al ambiente construido esta claramente fijada por la vigente legislación del suelo, el Planeamiento Municipal vigente y la abundante jurisprudencia sobre el asunto. Por ello recae sobre nuestros Ayuntamientos una actitud pro-activa para evitar el “feísmo” que nos acecha.

ZDU

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