La mentira de «la reactivación económica de Busturialdea»


EBAKI y sus aledaños donde quieren actuar los del PNV

Josu Barandika Zubiaga, Iratxe Arriola y Xabier Enbeita Barandika
 
2015/05/21

En cada campaña electoral el PNV siempre nos viene con la misma publicidad: «Vamos a reactivar Busturialdea, con un polígono industrial de 150 hectáreas en Ajangiz-Mendata, con uno de 85 hectáreas en Muxika», siempre en zona rural, al margen del Plan vigente. Luego, en 2002, fijaron ya uno de 60 hectáreas en Muxika, para lo que hicieron un acopio de capital entre ayuntamientos, Diputación y Gobierno Vasco que, de llevarse a término, nos costará 90 millones, sin posibilidad de puestos de trabajo hasta dentro de 20 años. No conformes con esto, la misma Diputación de Bizkaia, en el Plan Parcial Territorial correspondiente a Busturialdea, propuso 15 hectáreas en una zona rural de Ajangiz para «logística», lo que, al ocupar tierra agraria, evidentemente perjudicaría al primer sector, así como al pequeño comercio de toda la comarca.

Por tanto, el PNV a pesar de que dice apostar por el pequeño comercio, por la puerta de atrás lo acosa, y otro ejemplo de ello es el anteproyecto de modificación de la Ley de Actividad Comercial elaborado por Lakua que supone la liberalización de horarios y que beneficia sólo a las grandes superficies, dejando en situación de desamparo total al pequeño comercio, conduciéndolo a la desaparición y precarizando aún más las condiciones laborales de los y las trabajadoras.

Como reactivación económica, en 2008 el Diputado General de Bizkaia lanzó a bombo y platillo que iban a poner 100 millones de euros para traer la franquicia ‘Guggenheim’ a las Colonias de Sukarrieta, privatizando la edificación y el área, y haciendo desaparecer el servicio de ocio y educacional, que allí existe. Lo que sin duda alguna atraería un tipo de turismo masivo, que sin dejar un euro en la economía local, pasarían de largo, acarreando asimismo una pérdida de nuestra identidad local y particularidades culturales.

Como reactivación, proponen también intensificar la producción de pino y eucalipto, sin investigación ni inversión para una planificación forestal racional y económicamente rentable, que pudiera asimismo proteger, además, el agua, la flora y fauna de la cuenca, los distintos ecosistemas, los acuíferos…

Más bien, prefieren, contra toda lógica de sostenibilidad, y contra toda lógica del servicio público cercano y de proximidad, hacer desaparecer el Consorcio de Aguas de Busturialdea, transferirlo al de Bilbao-Bizkaia. Escudándose en la recuperación de costes, preveen gravar a la ciudadanía unas tasas exhorbitantes, para en segundo plano pasar a plantear la privatización del servicio. Persisten todavía en el PNV los dogmas de la superioridad de la gestión privada y la ideología de que el mercado todo lo soluciona del mejor modo posible. El agua, no es un negocio y no vamos a permitir que nadie lo vea como tal; queremos gestionarlo desde y para Busturialdea.

A partir de que la Unesco declarara Urdaibai como «Reserva de la Biosfera» en 1984, a propuesta, precisamente, del Gobierno Vasco, la planificación de Urdaibai está basada en una Ley de la Reserva de la Biosfera y dos Decretos del Gobierno Vasco: un Plan Rector de Uso y Gestión y un Plan estratégico económico y social.

Es necesario subrayar que este Plan estratégico está acordado con los agentes económicos y sociales de Busturialdea, y aprobado por el PNV y los demás grupos políticos en el Parlamento y Gobierno Vascos. Es, por tanto, solidario y sostenible, porque su base es precisamente el acuerdo con los agentes sociales, económicos y políticos. Y tiene además la garantía de una Comisión de Seguimiento interinstitucional y de los agentes económicos y sociales participantes. Las Instituciones públicas, pues, tienen la obligación de desarrollar este conjunto normativo, por respeto a sí mismas, como mínimo.

Viendo que nada se hacía para parar la caída, antes de la campaña electoral de 2011, sindicatos, agentes sociales y grupos políticos, la mayoría social y política de la comarca, pedíamos un compromiso de las Instituciones para que se cumpliera la Ley y los Planes acordados. El único que no quiso aceptar el compromiso fue el PNV. Su portavoz en la comarca, entonces Alcalde de Mundaka, Unai Rementería, hoy aspirante a Diputado General, dijo que estaban de acuerdo con lo que se planteaba, «pero que ellos tenían su propio proyecto». Esto, evidentemente, quería decir que el proyecto del PNV no era el aprobado por todos, que estaba basado en el acuerdo de todos. Su proyecto era otra cosa: no precisamente el desarrollo de la Ley de Urdaibai y del Plan Estratégico.

Utilizar el dinero a su capricho, sin respeto alguno a la planificación acordada y aprobada, no es otra cosa que «malversación continuada de fondos públicos o utilizarlos con objetivos ajenos a lo acordado para el desarrollo sostenible de Busturialdea».

El colmo del agravio acaba de producirse en vísperas de la campaña electoral: el desprecio olímpico a la propuesta 10 Alcaldes y la mayoría social, sindical y política, para reactivar rápidamente el segundo sector, rehabilitando y adecuando, como exige el Plan Estratégico, el área industrial de Ibarra de Gernika-Lumo, de 42 hectáreas, a partir de un Plan Especial de Rehabilitación que podría costar unos 155.000 euros. No sólo rechazaron la propuesta, sino que, además, se permitieron el lujo de reírse de los contribuyentes, diciendo que iban a «reactivar» la zona con la construcción 10.000 m2. de pequeños pabellones, cuando en el mismo lugar hay otros 25.000 m2. libres, de pequeños pabellones. No queremos «salvadores» «ni padres de la patria» que utilicen nuestro dinero público para sus caprichos.

Pero no queda aquí. Esta «malversación de nuestro dinero público» está, al mismo tiempo, engordando al propio PNV, siempre que se les siga manteniendo en el manejo de nuestro dinero. Además del clientelismo en las adjudicaciones de obra, hay otras fórmulas más sibilinas. Ya no es necesario (en todos los casos) «poner dinero en un sobre» para conseguir un contrato público. Basta con asegurar un futuro lucrativo para los suyos. Ejemplo de ello son en nuestra comarca Juan Felix Naberan (asesor técnico de seguridad, 67.000 euros/año), Josu Olano (trabajador de Aquarbe, empresa que ha llevado la red en alta del Consorcio de Busturialdea con un coste anual que superaba los 2 millones de euros), Jose Mari Gorroño e Iñaki Gorroño (140.000 euros/año, por la alcaldía de Gernika, que ayer han defendido una cosa y mañana defenderán la contraria), Unai Rementeria y Xabier Legarreta (promotores de Denokinn, fracasado proyecto de fábrica en Bermeo que recibió 4,2 millones de euros de ayudas públicas), José Antonio Ardanza (ha presidido Idoki hasta el 2014, empresa que ha recibido 2,5 millones de euros de ayudas públicas).

Un voto al PNV es una pedrada a nuestro propio tejado, es saber de antemano que nuestros derechos a una vida y trabajo dignos no se van a realizar. Como han demostrado que sus intereses son otros y que no van a cambiar, hay que quitarles de donde están, por gestión corrupta de nuestro dinero público.

Queremos la activación y reactivación de Busturialdea con inversiones sociales, productivas, reales, no especulativas. Esto no lo puede hacer la derecha, que lleva la corrupción en su propio ADN. Es hora de centrarse y poner en el centro de la acción politica, a las personas y al medio ambiente. Ese es nuestro compromiso y trabajaremos para hacerlo realidad, por, desde y con la gente de Busturialdea.

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