Seles redondos en plena montaña


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Seles redondos en plena montaña

El libro 'Los seles de Urdaibai' recoge un centenar de estos circulares terrenos de montaña de época premedieval que organizaban el suelo rústico

DEIA_ Iñigo Alberdi - Jueves, 6 de Diciembre de 2012 - Actualizado a las 05:39h

El antiguo sel de Oxinbaltzaga es apreciable desde el aire.
El antiguo sel de Oxinbaltzaga es apreciable desde el aire. (Deia)

Gernika-Lumo
Sel o cel; basakorta o saroi, en euskera. Se trata de terrenos de montaña que en la época premedieval servían para delimitar las tierras particulares del pastoreo. Existen un centenar en Urdaibai, que han sido recogidos en el libro Los seles de Urdaibai que vio ayer la luz, aunque se trate de un trabajo realizado en 2010 por la asociación cultural Lorra.
Su autor, el antropólogo Daniel Rementeria, aúna los diferentes estudios que ya existían sobre estas tierras, singulares por su forma circular, que ha podido completar gracias a las nuevas tecnologías. "El ahora común Googlemaps nos ha servido para descubrir estas formaciones que sobre el terreno no se aprecian", indicó Rementeria, que reconoce que "con bibliografía y preguntando a los baserritarras" también han obtenido valiosa información. Topónimos como Zaldunkorta o Mezetakorta, han sido pistas inconfundibles.
El libro recoge 88 seles ubicados en Urdaibai, señalados según su estado de conservación y con sus coordenadas
Estos seles no dejan de ser terrenos unidos inicialmente a la ganadería, aunque en los siglos XIV y XV pasaron a usos agrícolas y del siglo XVI en adelante, para la explotación maderera unida a la actividad ferrera. Sin embargo, su forma circular los hace únicos y llamativos. "Tenían esta forma en Bizkaia y Gipuzkoa; tal vez para distinguirlos de los suelos comunales, aunque también hay teorías que dicen que era por medirse con una cadena o soga". Aunque las grandes distancias y los desniveles permiten dudar de su veracidad. "En Cantabria, Nafarroa e Iparralde, sin embargo, eran rectangulares", desgrana el autor del libro.
En el centro del terreno se ubicaba un mojón -kortarri-, que, junto a otros, servía para ubicar los puntos cardinales. "Algunos de ellos se conservan en buen estado, con sus inscripciones, pero otros no están enteros o están sin la orientación apropiada", desvela Rementeria.
Los tamaños de los seles no eran caprichosos, con medidas exactas dependiendo del uso. Los de invierno eran grandes, de 245 metros de radio; mientras que los de verano, cuando se daba la transhumancia, eran de 122 metros. Los intermedios tenían 163 metros. "En Urdaibai, la mayoría son grandes. Para medirlos se utilizaba la unidad llamada estado, que correspondía a 1,98 metros".
Siglo XIV La primera referencia encontrada acerca de un sel es del año 828 -en San Juan de la Peña, Huesca-, mientras que en Busturialdea existen referencias de 1366, en Bermeo; o de 1376, en Errigoiti; además de la de 1388 en Zenarruza, cuya colegiata tenía en propiedad hasta 145 seles.
La publicación ofrece un inventario para poder visitarlos -señalados con coordenadas y diferenciados en color según su estado de conservación-. "La mayoría están en Sollube, Oiz, Gastiburu, Bustarrigane… Ver los círculos delimitados en un mapa es como conformar un rosario".

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