Euskadi duplica su reserva natural

Euskadi es un terreno privilegiado de riqueza natural. Un paraíso que acoge un tercio de las especies de seres vivos de todo el continente europeo en menos del 1% de su territorio. Donde 2.500 plantas vasculares diferentes y casi 400 variedades de vertebrados tienen cabida -Gran Bretaña llega a la mitad con una extensión 30 veces mayor-. Y donde 86 especies se encuentran actualmente gravemente amenazadas. Como parte de las medidas de integración dentro de la red europea Natura 2.000, el Gobierno vasco ya ha dado un primer paso para salvaguardar la riqueza biológica de la zona. Entre 2005 y 2010 se ha doblado la superficie protegida de la Comunidad Autónoma Vasca. Concretamente, se ha pasado del 10% del territorio de entonces, al 20,3% actual.
Según las Naciones Unidas, la extinción de especies se ha acelerado entre 100 y 1.000 veces con respecto al ritmo natural; más de un tercio del total mundial se encuentran amenazadas y un 60% de los ecosistemas están degradados por la actividad humana. En Euskadi, el panorama es un poco más alentador, pero desde que en 1996 se creó el primer catálogo vasco de especies la cantidad de variedades en peligro de extinción o en estado vulnerable que se añaden al listado con cada revisión no deja de aumentar. Fuentes del Gobierno vasco achacan este fenómeno a que cada nuevo estudio es más minucioso que el anterior: «Si se compara el catálogo a lo largo del tiempo se verá que las especies amenazadas van a más, pero ello no refleja necesariamente un empeoramiento de la situación».
Planes de gestión
Se estima que el valor de los servicios ecosistémicos que se pierden cada año en el planeta es equivalente a 50 billones de euros, mientras los recursos de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas sustentan el 40% de la economía mundial. El departamento vasco de Medio Ambiente es plenamente consciente de la deriva actual de muchas especies y ha puesto en marcha una veintena de planes de gestión para intentar preservarlas. Revisan cada proyecto de construcción de nuevas infraestructuras de tal forma que sea lo más respetuosa posible con el entorno. Además, y con motivo de la celebración del año mundial de la Biodiversidad en 2010, se está llevando a cabo «una importante labor de difusión sobre el valor que tiene», en especial con la Torre Madariaga, en el municipio vizcaíno de Busturia, como centro neurálgico de la acción gubernamental. Pero, ¿son suficientes todas estas medidas para frenar la degeneración de la riqueza biológica de Euskadi?
El ecologismo opina que no. Andrés Illana empezó a trabajar en un centro de recuperación de especies de Martioda, en Álava, cuando rondaba los 20 años. Ahora, a los 45, es el portavoz de la organización Ekologistak Martxan para asuntos que tienen que ver con la biodiversidad. En su opinión, los planes de gestión de especies no se están llevando a cabo correctamente. «Nunca se establecen metas, simplemente se encargan definir las medidas que habría que tomar para recuperarlas. Pero no dicen quién debe hacerlo», explica. Illana también pone de manifiesto los problemas de competencias que se han dado a la hora de definir dichos planes. «La Diputación de Álava trazó un plan para recuperar el Quebrantahuesos y cuando lo aprobaron se vino abajo porque legalmente es necesario que los tres territorios tomen las mismas medidas», concreta.
Desde el punto de vista de este ecologista alavés Euskadi debería seguir el ejemplo de otras comunidades autónomas. «Estamos en paños menores en cuanto a gestión de especies en comparación con otras zonas, como puede ser Cataluña», asevera. «El visón europeo, una de las especies más amenazadas del continente, apareció en Euskadi y tuvieron que venir los catalanes para que se hiciera algo al respecto. Es más, se han llevado el centro de recuperación a Cataluña y no tienen ningún ejemplar allí».
En lo que se refiere a la búsqueda de soluciones, el ecologismo y las autoridades vascas coinciden algo más, ambos hacen hincapié en dar toda la importancia a la preservación de los hábitats naturales. «En el mundillo ecologista solemos decir que más que conservar las especies, en lo que hay que pensar es en mantener los espacios donde viven», declara Illana. El departamento vasco de Medio Ambiente se ha marcado varios objetivos para el año 2014 que pretenden cimentar esta idea. Pretenden aumentar la superficie forestal autóctona de 10.000 a 14.000 hectáreas, por ejemplo, o doblar las 50 hectáreas de humedales restauradas hasta la fecha, como es el caso de las fantásticas balsas de Salburua, en Vitoria, reconocidas mundialmente. Mientras todos estos planes acaban de tomar forma, especies como la nutria, el desmán europeo o la lamprehuela seguirán caminando por la fina línea que actualmente les separa de la extinción.

LAS CIFRAS

20,3%: Es el porcentaje de territorio vasco que actualmente goza de algún estatus de protección.

86: Las especies animales se encuentran en la lista que agrupa a aquellas que están en grave riesgo de extinción en Euskadi.

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