Ramón Zallo
El plan estratégico de Busturialdea, más infraestructural que integral
Se felilcita el autor por la presentación del Plan Estratégico Comarcal de Busturialdea-Urdaibai, toda vez que supone un paso adelante, pero «manifiestamente mejorable». En efecto, asegura que el plan queda lejos «del espíritu, retos detectados y medidas propuestas por la sociedad civil» en varios aspectos que recuerda en este artículo, y propone corregir el modelo aprobado para «acometer las medidas necesarias para el despegue de la comarca y su cambio de modelo de desarrollo económico y ecosocial, compatible con una Reserva de la Biosfera».El Grupo Motor, formado por Diputación, Gobierno y las 20 alcaldías de la comarca, de las que 10 son del PNV, 7 de EH Bildu y tres independientes, ha presentado el 18-7-2025 el Plan Estratégico Comarcal de Busturialdea- Urdaibai (PEB) aunque está pendiente de ajustes con los Ayuntamientos.
De partida, esa toma en consideración de las necesidades económico-sociales de Busturialdea y la elaboración del Plan no nació de la iniciativa institucional, sino de la presión social, tanto para lograr un cambio de rumbo institucional en lo económico como por la oposición a la implantación de la GGU por razones ecológicas y/o por razones económicas, al desechar que ese proyecto fuera una panacea para un desarrollo sostenible. El nuevo Plan se ha acelerado como compensación o complemento.
Nos felicitamos colectivamente. Bienvenido. Es un avance, un paso adelante manifiestamente mejorable, aunque, como veremos, privilegie el carril infraestructural.
78 millones necesarios, escasos y mal repartidos en conceptos
Básicamente, el Plan contempla 13 proyectos financiados por Diputación y/o Gobierno vasco: un tramo de la carretera Autzagane-Muxika; tramos de Bidegorri entre Muxika–Gernika-Murueta; mejora del transporte público con intermodalidad en Mundaka y un proyecto piloto de transporte a demanda en margen derecha del Oka; regeneración de barrios vulnerables y apoyo a empleo local; promoción (escasa) de VPO; refuerzo de FP en Bermeo y Barrutialde; accesos a Polígono de Muxika quedando pendiente urbanización y distribución; readecuación de INAMA en parcelas para tres empresas; apoyo a inversión tecnológica en empresas de la comarca especialmente Maier Technology Center; Bermeoko Portue; cuatro puestas en valor de activos patrimoniales (un sorpresivo museo de inmigración vasca que, al parecer, sustituiría a la necesaria ampliación del Museo de la Paz para el 90 aniversario y que apoyó Urkullu; la cantera Andrabide de Ereño; Poblado Romano de Forua; y Santimamiñe), Plaza del mercado de Gernika y una Agencia Comarcal de Desarrollo, sin coste asignado. Todo ello estimado en 78,345 millones. El Gobierno Vasco pone 24 millones y Diputación 54,3 millones.Queda bastante alejado del espíritu, retos detectados y medidas propuestas por la sociedad civil en “Propuesta de plan económico y ecosocial estratégico para Busturialdea- Urdaibai desde la sociedad civil” (G.Gogoratuz, nov. 2024)
El PEB no cumple las expectativas que prometía. Iba a intervenir sobre 8 retos estratégicos: 1. Calidad de vida; 2. Colectivos vulnerables y regeneración urbana; 3. Empleo de calidad; 4. Proteger el patrimonio y la identidad comarcal; 5. Poner en valor los atractivos comarcales “para dinamizar el turismo”; 6. Impulso a las actividades económicas; 7. Reforzar las infraestructuras para generar un entorno competitivo; 8. Impulsar el desarrollo integral y coordinado con una perspectiva comarcal.
De partida el 4º y el 5º reto son el mismo. Son así 7 los retos acometidos. No se admitió un 9º reto, cuya ausencia esperemos no haya que lamentar nunca: la inundabilidad.
Aquí asignaremos a cada acción un solo reto, el más directamente implicado, para evitar dobles o cuádruples contabilidades de retos cubiertos. Por ejemplo, la acción del Puerto de Bermeo se le asignan en el PEB impactos en calidad de vida, empleo y formación, patrimonio, turismo, actividad económica e infraestructura para empresas lo que, no dejando de ser cierto, esencialmente, se trata de una infraestructura para la economía.
De los 7 retos, las infraestructuras de acceso (carreteras, bidegorris, intermodalidad, acceso al polígono de Muxika) se llevan 50,8 millones, y si se suman infraestructuras más directamente propiciadoras de lo económico (acondicionamiento de Inama, puerto de Bermeo y plaza de Gernika) con 9,85 millones más, totalizan 60,65 millones, con lo que solo quedarían para el resto de áreas (apoyo a innovación, VPO, hogares vulnerables, empleo, transporte a demanda, patrimonio y FP), 17,5 millones, 22,3 %. Es, así, más un plan de infraestructuras (78,7%) que un plan integral.
Recordemos que las infraestructuras, siendo también bienestar, son condiciones necesarias, pero no suficientes para el despegue económico o la atracción de capitales. Se requieren acciones adicionales de promoción. Por ejemplo, la plaza de Gernika no es desarrollo agrícola en si. Lo será si le acompaña un –no previsto– plan agrícola de Km 0.
El reto 1 'calidad de vida' solo es vinculable al escaso millón de € para VPOs y el transporte a demanda. El reto 2, de regeneración urbana de barrios vulnerables, 2,34. El reto 3 de empleo solo le cabe asignar directamente los 0,85 de empleo local, e indirectamente, la inversión en FP con 3,4 m. Al reto 4+5 patrimonio y atractivos turísticos, 6,4. Al reto 6, para impulso de actividades económicas, y que tenía que haber sido un pilar de este plan, se queda en solo 2,5 (y porque Maier ha presentado planes de innovación ambiciosos). El reto 7, de infraestructuras de acceso y para la economía, es el que se lleva la palma. Es un plan de infraestructuras más que integral.
Visto de otro modo. De los 12 proyectos tractores –sin la Agencia–, 6 son infraestructuras costosas de movilidad y económicas (carreteras, polígono, Inama, portue y Gernikako azoka); y 6 de otro tipo (empleo, FP, colectivos vulnerables, así como patrimonio y transporte público que, en su mayor parte, son infraestructura).
Todo el plan es necesario, pero es escaso y desequilibrado. Algunos evaluábamos como necesarios, vistas las iniciativas propuestas en el plan de la sociedad civil, una inversión nueva de alrededor de 300 millones.
Y es que, en infraestructuras, no aparecen la habilitación de suelo industrial para Bermeo y Gernika-Lumo o un Plan Urgente para minimización de la inundabilidad de Busturialdea. En ecosistema, no consta un Plan de Restauración Ecológica de la Cuenca del río Oka y de la red fluvial y de las marismas. En lo social y cultural, no se contemplan programas de empoderamiento de las mujeres, de promoción del euskera, de atención a la inmigración, de trabajo doméstico, de residencias, de plan cultural, de ampliación de planes de estudio en los EFP hacia la gestión medioambiental, biodiversidad, TICs... más allá de sus nichos actuales. En economía, no han incorporado la consolidación de los cluster sectoriales existentes (U-Bai) y su industria auxiliar, más allá de unos escasos 2,5 millones; la mitad de la carretera Autzagane -Muxika; instalación de un centro tecnológico o de investigación con sinergias innovadoras en campos como medio ambiente, energía, bioeconomía o nuevos materiales (en Muxika o Elkartegi); apertura de una línea de empresas en economía verde, o 4.0; un plan rural para el incremento de hasta un 20% de la tierra dedicada a la producción agro-ecológica; industrias creativas.
Ya se sabe que no hay dinero para todo. Pero la asignación del que hay, indica las preferencias de quien decide.
Una muga conceptual
Las instituciones han tenido la muga mental de evitar agravios con otras Zonas de Atención Prioritaria (ZAP). Pero el agravio reside en tratar igual a situaciones y necesidades distintas. Lo que se debería haber buscado es que todas sean más o menos iguales al final del camino, desde medidas distintas, y no un café para todos. No se ha asumido la tesis de la 'deuda histórica' que hay con Busturialdea, por la doble razón de haberse achicado su territorio para intervenciones económicas o constructivas por la declaración de Reserva de la Biosfera de Urdaibai hace 40 años y por el descuido de intervenciones institucionales en ese mismo tiempo. También se ha obviado que Busturialdea es una comarca de oportunidad como laboratorio natural para una economía descarbonizada en la nueva era abierta.Por fuerza, ciertos rubros tendrán que tener continuidad en un 2º plan a medio plazo, 2030-2035, siguiendo la estela de las propuestas que quedan a medias en el primero: acabar el tramo de Oka-Muxika; la puesta en marcha del Polígono de Muxika o el bidegorri hasta Bermeo. No se entiende bien que tanto ese segundo tramo de Autzagane-Muxika como el Polígono no se hayan incluido en el primer Plan. También va de suyo que se requiere un plan comarcal de VPO y habilitar suelo industrial en los dos puntos que están autorizados para disponerlo: la Vega de Gernika y en Bermeo.
Inversiones previas comprometidas
De todos modos, sería injusto valorar solo las inversiones públicas nuevas puesto que, a fin de cuentas, la pregunta también es cuánto se invierte, finalmente, en la comarca. Y a esos 78 millones hay que sumarles las inversiones previas comprometidas o en ejecución en presupuestos ordinarios y fuera de Plan. Ahí las cifras mejoran.Hay 8 proyectos importantes, algunos también tractores, comprometidos antes del PEB, que se financian por el servicio correspondiente, y que se iban a ejecutar o se están ejecutando, hubiera o no Plan, y cuyo valor es nada menos que de 225,24 millones. Casi triplica al propio plan. Eso sí, todo son infraestructuras.
En efecto: Euskal Trenbide Sarea (desdoblamiento de vías) con 18 millones; URA en saneamiento 24 y suministro de agua 56, hasta alcanzar 80 millones; MITECO del Gobierno Español (restauración medioambiental) con 40 millones; la propia Diputación (arreglos en Sollube) con 66 millones; y otros 21 del Gobierno Vasco (otra parte de Bermeoko Portue (3), adquisición de INAMA (6) y de suelos en Polígono (12) por parte de Sprilur). Se creía que entraría una tanda de VPOs locales, pero no ha sido así.
Entre ambas partes -ese presupuesto acometido antes del PEB y el nuevo presupuesto comprometido del PEB- totalizan 303,5 millones, que son los que se habrán volcado sobre la comarca a lo largo del quinquenio 2025-2030. Fue un acierto no incluir como proyecto el tema Guggenheim.
Desde luego, es un logro que se acometan de una vez las infraestructuras prometidas y comprometidas a lo largo de los años. Pero ahí hay cosas poco entendibles. En el caso de Autzagane, lo que iba a ser un nuevo trazado por Gorozika, se reduce a un arreglo de curvas de Oka y, además, se deja el tramo hasta Kurtzero para otro lustro. En Sollube, se opta por reducir curvas y un solo túnel. En cambio, aunque solo se acometen dos de los cuatro bidegorris previstos, es a un coste altísimo –seguramente por compra de terrenos con una dudosa relación coste/ eficiencia– de nada menos que 23,4 millones.¿Será la 'vía verde' para el Guggenheim? Pregunto, porque no lo sé.
O sea, de la bonita cifra de 303,4 millones, solo 17,5 millones no van a infraestructuras de algún tipo. O sea, el 5,8%. Así difícilmente se puede generar un cambio del modelo económico y social de una comarca al desatenderse de buena parte de los retos autopropuestos.
Si es así, ¿por qué se ha hecho un ZAP nada equilibrado, en lugar de haber hecho un plan de infraestructuras? Se alega que buena parte de los proyectos económicos o de promoción no estaban maduros ni consensuados; que deben ser iniciativa o empresarial o de la sociedad civil. Habrá que poner el acento ahí a futuro, ciertamente, pero en el Plan de la sociedad civil había una larga lista de iniciativas concretas y posibles dando prioridad a la economía, a la sociedad y a lo ecosocial.
Ha habido prisas –por razones políticas– para que en solo un año haya un plan. Se ha echado mano de un procedimiento estándar y de un listado obvio y cómodo de infraestructuras y continentes de interés general (poco que discutir), obviándose la apuesta del modelo económico de futuro de Busturialdea, así como sus necesidades sociales. De las cuatro patas de una mesa (economía, sociedad, infraestructuras y ecología) las dos primeras cojean.
Con todo, para el inmediato futuro, cabe corregir el modelo aprobado, encadenando y comprometiendo desde ahora, nuevos planes a medio plazo, hasta acometer las medidas necesarias para el despegue de la comarca y su cambio de modelo de desarrollo económico y ecosocial, compatible con una Reserva de la Biosfera. Emplazamos a las instituciones a ello, con un contenido que debería desplazarse hacia temas de tejido económico deseable y de sociedad de bienestar e integrada, además de completar las infraestructuras. Y todo desde una perspectiva ecológica.
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